Experiencias opuestas





Experiencias opuestas
Hace poco, un familiar mío tuvo que operarse en el Carlos Haya de Málaga. Un día que fuimos de visita, estábamos paseando por el hospital cuando empezaron a entrar y salir médicos sudando y con bolsas de oxígeno. De repente, un acompañante de alguien se puso muy nervioso, entró a una habitación y empezó a gritar diciendo que no era posible. Se le había muerto un familiar. Mi familia y yo estábamos que ni sabíamos dónde meternos, mi prima llorando de la pena y yo pálida. En ese momento, decidí que no volvería  más a un hospital.
Un tiempo después, nació un primito y fui a visitarlo al Hospital Materno. Qué experiencia tan diferente a la anterior. Estábamos todos allí llenos de ilusión, deseando conocer al bebé. Se me olvidó mi decisión de no volver a un hospital.
La vida es así, en Málaga, como en cualquier otro sitio.

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