Puentes colgantes
El pasado sábado fui a dar
una vuelta a Málaga, con mi amiga. Hacía tiempo que no iba, pero no la
encontraba diferente.
Pero esta vez sí me quise
dar cuenta de cosas que pasaban desapercibidas, quise perderme por sus
callejones y no ir a las típicas calles turísticas. En resumidas cuentas,
perder la noción del tiempo.
Salí de la estación de
tren de María Zambrano, y me dirigí sin rumbo hacia La Alameda, pero encontré
que había mucha gente y me fui, no podría decirte muy bien a donde, pero acabé
en unas calles con mucho encanto.
Me fijé que en lo alto,
aunque no mucho, había conexiones entre
cornisa y cornisa, había extrañas figuritas que colgaban de una larga viga de
metal, era extraño y bonito.
Seguí con mi paseo y
cuando me quise dar cuenta ya eran las 21 y tenía que coger el tren a
Fuengirola.
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